Aunque tradicionalmente consideramos la lumbalgia como el resultado de un problema localizado en la zona lumbar, varios estudios han descubierto que los problemas en partes adyacentes del cuerpo pueden ser los culpables. Por ejemplo, los isquiotibiales crónicamente tensos pueden afectar la inclinación de la pelvis, lo que a su vez puede alterar la postura de la columna lumbar y provocar lumbalgia. Otro factor potencial que puede contribuir a la lumbalgia y que a menudo se pasa por alto es la debilidad de los músculos de los glúteos.
En septiembre de 2024, el New York Times publicó un artículo centrado en una afección llamada amnesia glútea, aunque su nombre más coloquial es síndrome del trasero muerto. La amnesia glútea es el resultado de la inactividad prolongada de los tres músculos de los glúteos (mayor, medio y menor), como estar sentado en un escritorio o en un coche durante más de dos o tres horas seguidas sin levantarse para moverse y estirarse. Los glúteos ayudan a estabilizar la cadera, levantar la pierna y rotar el muslo. Este grupo muscular también cumple un papel importante en la cadena cinética y, cuando no funciona correctamente, aumenta el riesgo de sufrir problemas como desgarros de los isquiotibiales, ciática, dolores de espinilla, y artritis de rodilla.
NO es como el entumecimiento/hormigueo temporal que notamos cuando dormimos sobre un brazo y este se “duerme” o se entumece y se recupera rápidamente cuando cambiamos de posición. Algunas personas pueden sentir un dolor sordo o dolor después de una caminata larga o después de trotar o caminar. Dado que la fuerza y la activación muscular se ven afectadas, el cuerpo puede reclutar músculos cercanos para ayudar a realizar movimientos habituales, lo que puede provocar dolor en la zona lumbar, por ejemplo.
Aunque lo mejor es que te examine un proveedor de atención médica calificado, como un médico quiropráctico, puedes realizar la siguiente prueba para verificar si puedes padecer el síndrome del trasero muerto: párese sobre una pierna dejando que la otra pierna cuelgue (pararse de lado en un escalón agarrándose de una barandilla funciona bien) y presione la región glútea de la pierna que cuelga, debe sentirse suave (no ardiente); haga lo mismo en el otro lado; ahora colóquese sobre ambos pies y apriete las “mejillas” con fuerza; debe sentir que el músculo se contrae o se pone firme; si necesitas apretarlo varias veces antes de sentir que se pone firme, es posible que tengas amnesia glútea.
La clave para superar esta afección es restaurar la activación normal de los músculos de los glúteos. Puedes empezar programando una alarma en tu teléfono para ponerte de pie cada 30 o 50 minutos y golpear suavemente los glúteos con la punta de los dedos. Esto le recuerda al cerebro que estos músculos necesitan activarse. Mejor aún, camina en el mismo lugar, haz algunos círculos con la cadera y sentadillas y aprieta conscientemente los glúteos con cada repetición. Otros ejercicios para esto incluyen las conchas de almeja, los empujes de cadera, las planchas laterales, y los puentes de glúteos con una sola pierna. Solo recuerda tensar conscientemente los glúteos.
Si la afección persiste, programa una cita con su médico quiropráctico para que pueda determinar si existen problemas adicionales que puedan abordarse con tratamientos proporcionados en el consultorio, como terapia de manipulación o movilización, con el objetivo de ayudar a restablecer la función normal.