En el caso de los adultos, las lesiones por latigazo cervical están típicamente asociadas con las colisiones vehiculares, especialmente por un impacto trasero que provoca una rápida aceleración/desaceleración de la cabeza y el cuello. Sin embargo, en la población pediátrica, existen muchas otras causas de traumatismo craneal y cervical que los cuidadores y proveedores de atención médica deben tener en cuenta, ya que pueden poner en peligro la vida del paciente.
Los términos más comúnmente asociados con el traumatismo craneoencefálico en bebés y niños pequeños incluyen el traumatismo craneal abusivo pediátrico (TCA), el síndrome del bebé sacudido (SBS), y el síndrome del bebé sacudido por latigazo cervical (WSIS). De hecho, las sacudidas, los impactos contundentes, o la combinación de ambos pueden provocar lesiones neurológicas y se consideran la forma más peligrosa y mortal de maltrato infantil. Dado que el TCA generalmente implica una lesión cerebral en un bebé o niño menor de cinco años, una lesión grave puede provocar un daño cerebral significativo o incluso la muerte. Sin embargo, el diagnóstico puede ser un desafío ya que a menudo las personas responsables se muestran evasivas por temor a las repercusiones y con frecuencia culpan a una caída o alguna otra forma de traumatismo accidental. Además, es posible que los profesionales de la salud no reconozcan los signos debido a la falta de pruebas evidentes de lesión.
Los datos muestran que el llanto inconsolable suele ser un desencadenante de TCA, como lo demuestra el hecho de que el llanto infantil y el riesgo de TCA alcancen su punto máximo entre las seis y las ocho semanas de edad. (Es de destacar que los estudios sugieren que los bebés con cólicos pueden responder a una atención quiropráctica suave y podrían explorarse si otros tratamientos no han logrado resultados satisfactorios).
Otras causas de lesiones cerebrales traumáticas adquiridas en niños también incluyen accidentes vehiculares, lesiones relacionadas con deportes, lesiones por explosión, caídas, y agresiones. El traumatismo craneoencefálico por abuso o síndrome del bebé sacudido a menudo incluye un patrón de lesiones que incluye edema cerebral, hematoma subdural, y hemorragias retinianas. Otros patrones a tener en cuenta incluyen lesiones cerebrales repetidas varias veces, fracturas de costillas, y fracturas en los extremos de los huesos largos.
El maltrato infantil afecta a todas las etnias y grupos socioeconómicos, y los perpetradores pueden ser tanto los padres biológicos como los padrastros, las parejas de cualquiera de los padres, e incluso las niñeras. La solución para evitar el traumatismo craneoencefálico pediátrico reside en la educación de los cuidadores, el acceso a los servicios de salud mental, y la capacitación adecuada de los proveedores de atención médica para reconocer los signos y síntomas. Los quiroprácticos pueden encontrarse con SBS y, al igual que otros proveedores de atención médica, deben estar igualmente alerta ante patrones de TCA/SBS.