El dolor de cuello puede surgir de una multitud de causas, desde traumas como lesiones deportivas y accidentes automovilísticos hasta simplemente dormir en una posición incómoda. También puede surgir por causas no traumáticas como estrés, ansiedad o depresión. En el pasado, hemos notado cómo la postura de la cabeza hacia adelante puede aumentar el riesgo de dolor de cuello y dolores de cabeza. Basta decir que el dolor de cuello puede surgir de casi cualquier cosa, ¡y muchas veces es muy difícil descubrir el origen!
Un estudio reciente involucró a 272 pacientes con dolor de cuello inespecífico entre las edades de 18 a 65 años que recibieron doce semanas de uno de tres tratamientos: terapia de manipulación espinal (TME); medicamento; o ejercicio en casa referidos (HEA, por sus siglas en inglés). El método principal para evaluar el cambio implicó el seguimiento de los niveles de dolor auto reportados a las 2, 4, 8, 12, 26 y 52 semanas y las medidas secundarias incluyeron discapacidad autodiagnosticada, mejora global, uso de medicamentos, satisfacción, estado general de salud y efectos adversos.
Los resultados mostraron que la TME tenía una ventaja estadísticamente significativa sobre la medicación con respecto al alivio del dolor después de 8, 12, 26 y 52 semanas, y la HEA fue superior a la medicación a las 26 semanas. El estudio concluyó que la TME era más eficaz que la medicación tanto a corto como a largo plazo para las personas con dolor de cuello agudo y subagudo.
El equipo de investigación agregó que el 60% de los participantes en el grupo de medicación informaron efectos secundarios, de los cuales la irritación intestinal y la somnolencia fueron los más comunes. El grupo TME no experimentó efectos adversos significativos, pero el 46% de los grupos TME y HEA informaron igualmente dolor o molestias a corto plazo.
Otro estudio mostró que para los pacientes con dolor crónico de cuello, la COMBINACIÓN de TME y HEA produjo los mejores resultados a largo plazo en comparación con cualquiera de los dos solos, con TME se favoreció en la etapa aguda (etapa inicial) de la atención. El desafío para los médicos es lograr que las personas continúen con sus ejercicios después de que el dolor disminuya, ya que los estudios muestran que la tasa de abandono puede llegar al 90%.