¿Sabías que entre el 50% de las mujeres embarazadas sufren de dolor de espalda y entre el 50-75% experimenta dolor de espalda durante el parto?
Hay MUCHAS razones por las que el dolor de espalda se convierte en un problema para las mujeres durante el embarazo. La primera razón y las más obvia es el aumento de peso desplazado, de 25 a 35 libras (en promedio) que produce dolor tanto en el cuarto superior (a menudo por el aumento del volumen y peso en los senos) como en el cuarto inferior (por el bebé en crecimiento). A medida que el bebé se desarrolla, el centro de gravedad de la futura madre se mueve hacia adelante haciendo que esta se balancee hacia atrás, lo que puede sobrecargar la región inferior de la columna. Las mujeres con mayor riesgo de sufrir dolor de espalda relacionado con el embarazo son aquellas que: Tenían sobrepeso antes del embarazo, las que realizan trabajos físicamente extenuantes y aquellas que tienen antecedentes de dolor de espalda.
Otro factor que puede aumentar el riesgo de que una mujer tenga dolor de espalda durante el embarazo es la retención de agua. La retención de agua no solo aumenta la carga que debe llevar el cuerpo, lo que ejerce una presión adicional sobre el sistema musculoesquelético, sino que ésta también se ha asociado con articulaciones más rígidas en todo el cuerpo, lo que puede aumentar el riesgo de dolor musculoesquelético, incluyendo el dolor de espalda.
El cuerpo necesita más líquido durante el embarazo para, de esta manera, mantener la salud del bebé en crecimiento, y beber agua es una de las mejores formas de hidratarse. The American Pregnancy Association (La Asociación Estadounidense del Embarazo “APA”) informa que el cuerpo produce un 50% más de fluidos corporales durante el embarazo.
La retención de líquidos es una queja común durante el embarazo. Para el tercer mes de embarazo, aproximadamente el 50% de las mujeres notan hinchazón en sus manos y pies, y la mayoría sufre hinchazón significativa en el tercer trimestre. Hinchazón nueva y repentina en la cara, manos y ojos acompañada de visión borrosa, dolor de cabeza intenso, dolor al orinar y/o incapacidad para orinar acompañada con dolor abdominal e hipertensión (>140/90) lo que puede representar una emergencia médica llamada preeclampsia. Esto ocurre más tarde en el embarazo, generalmente después de la vigésima semana. Si sospecha esto, ¡No se demore en obtener atención médica de emergencia!
Para combatir la retención de líquidos, evite la ropa apretada alrededor de las muñecas y los tobillos, descanse con los pies elevados (especialmente cuando las temperaturas superen los 75-85 ° F / 25-30 ° C), use bolsas de hielo, zapatos cómodos y pruebe medias o pantimedias de compresión. Las opciones dietéticas para reducir la retención de líquidos incluyen el uso de ciertas hierbas y vitaminas, y alimentos como apio, cebolla, berenjena, ajo, perejil, menta, banana, coco, diente de león, melones, salmón (ácidos grasos, omega-3), pepino, y más.