¿Sabía que un alarmante 90% de los pacientes con latigazo cervical con lesiones neurológicas NO se recuperan y tienen una disfunción de los músculos del cuello incluso hasta un año después de la fecha de su colisión vehicular?
Existe la sospecha entre los investigadores de que estos problemas en curso son el resultado de la respuesta inicial del cuerpo a una lesión en el plexo braquial, la red de nervios que se cruzan y dan lugar a tres nervios principales que viajan desde el brazo hasta la mano. Para proteger y aliviar la tensión en el plexo braquial, los músculos superficiales al lado de la lesión pueden volverse más activos y adoptar la posición clásica de "encogimiento de hombros", una postura comúnmente observada en pacientes con daño nervioso asociado con una lesión por trastorno asociado con el latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés “Whiplash Asociated Disorder”).
Con el tiempo, este mecanismo protector puede debilitar los músculos profundos del cuello, que son importantes para mantener la alineación y la postura vertebral adecuadas. Esto, a su vez, puede provocar una lesión secundaria y los problemas que se observan a largo plazo en muchos pacientes con WAD, incluso después de que se haya resuelto la lesión inicial del plexo braquial.
En un ensayo multicéntrico controlado al azar reciente que incluyó a 171 pacientes con WAD crónico con dolor irradiado en el brazo y signos asociados a déficit neurológico, los investigadores encontraron que los participantes que realizaron ejercicios específicos del cuello durante doce semanas para fortalecer los músculos profundos del cuello informaron mejoras en el dolor general, dolor de brazo específicamente, y frecuencia del dolor, con cierta recuperación neurológica. Los participantes a quienes se les indicó que realizaran actividad física general/no específica durante el estudio no informaron tales mejoras.
Dos de los autores del estudio anterior colaboraron en un experimento similar y encontraron que los pacientes que realizaban ejercicios específicos para el cuello no solo experimentaron mejoras en la fuerza muscular y la reducción del dolor, sino que estaban más satisfechos con el enfoque que los participantes en un grupo de ejercicio general.
Estos estudios muestran que cuando los músculos profundos se convierten en el foco específico de los ejercicios de cuello, los resultados son superiores, Y esto incluye la recuperación neurológica. ¡Su médico quiropráctico puede ayudarlo a capacitarlo en estos enfoques de ejercicio específicos!